Camille Saint-Saëns (1835-1921)
Concerto para violonchelo y orquesta en la minore n. 1, op.33, compuesto en 1872. Bases para un estudio de interpretación.
Saint-Saëns escribió su primer concierto para violonchelo cuando aún causaba controversia dentro del círculo de conservadores musicales en Francia y era llamado el joven modernista, radical, «profeta de Wagner». Este concierto fue dedicado al violonchelista belga Auguste Tolbecque, que lo tocó con mucho éxito el 19 de enero de 1873 en el Conservatorio de Paris. Muchos compositores, incluyendo a Shostakovich y Rachmaninov, consideran este concierto como el mejor de todos.
La obra condensa el formato convencional de tres movimientos en un sólo movimiento compacto y orgánico de unos 20 minutos. El compositor se fue mas allá del cliché romantico de mostrar al instrumento solista como un héroe en conflicto con la orquesta para integrar al violonchelo en la textura orquestal, sin dejar de mantener al instrumento como el centro de atención durante gran parte de la obra. En realidad este concerto se aleja bastante del romanticismo decadente para vestirse de una atmosfera neoclásica.
En vez de la tradicional introducción orquestal, la obra comienza con un acorde de la orquesta, al que sigue el violonchelo con el tema principal: una melodía algo agresiva. Después el violonchelo y la orquesta comienzan un juego de pregunta y respuesta, subrayando el discurso melódico a través del uso de dobles cuerdas en el violonchelo solista y un tempo todavía más rápido, llegando a la tonalidad de fa mayor.
Sigue un minueto lírico, con una melodía majestuosa que comienza de manera turbulenta con la orquesta. Cuando entra el violonchelo, lo hace sin acompañamiento, justo antes de que la orquesta comience la forma minueto contra la melodía del solista. Aquí la sección de cuerdas hace uso de la sordina y evita los registres graves. En fin una cadencia del solista, que lleva fragmentos del tema del minueto en diferentes armonías, para finalmente asentarse en el si bemol, mientras vuelve el tempo allegro en un final final que empieza con el tema interpretado por la orquesta. Saint-Saëns varía el material de forma que vuelve al motivo principal antes de introducir una nueva idea. Dando fuerza al violonchelo a través de las síncopas, el ritmo se parece a una sarabanda, hasta que el violonchelo con una ráfaga de semicorcheas lleva la armonía lejos del la menor. El contraste es una figura recurrente en el resto de la sección, construida como un rondó.
Interpretación de referencia:
Emmanuel Feuermann (1902-1942)
Probablemente es la mas antigua grabación de este concierto. El violonchelista austriaco muestra como siempre una tecnica completa y una tendencia a eludir el romanticismo vehemente y extrovertido, tocando esta perla del compositor francés con una aura de classismo, elegancia de fraseo, siempre refinado y un cantabile muy lírico y no exento de ternura.
Part 1:
Part 2:
André Navarra (1911-1968)
Paris Opera Orchestra, conductor: Emanuel Young.
Grabación: 1955. Interpretación de corte romántico y virtuosistico. Tiempos rápidos, fraseo muy marcado por drive ritmico y aberturas melodica muy emotivas. Junto con aquella de Fournier representa splendidamente la escuela francesa.
Existe otra versión de 1965 ausente in Web: Orchestre Lamoureux, Charles Munch.
Pierre Fournier (1906-1896)
Orchestre Philharmonique de la RTF, Jean Martinon, conductor 10.IX.1962
Orqueste de chambre de ORTF, conductor André Girard
Grabación: 1969. Es probablemente la versión de referencia absoluta. Elegancia, finura, expresión de rara nobleza. El carácter algo ligero de la musica de Saint-Saëns desaparece en una interpretación sincera y profunda en donde casa nota brilla de luz intensa pero nunca excesiva. Fournier no tiene la potencia y el fraseo lleno de fuego de Navarra. A cambio una elocuencia sin gritos ni acentos fuertes, uno “charme” que nunca pierde compostura y un romanticismo garbato, hecho de “nuances” que no terminan de encantar. Absolutamente admirable.
Leonard Rose (1918-1984)
Orquesta de Philadelphia dirigida por Eugene Ormandy.
Grabación de 1967. Estrella entres los violonchelistas estadounidenses, Rose era dotado de un tecnica impecable y una musicalidad inspirada y algo extrovertida. Su Saint-Saëns es carente de lo “charme” francés pero se pone mas allá de las fronteras como era da esperar de un musico de ascendenza judía-rusa y de formación americana. Notable el aporte orquestal.
Mstislav Rostropovich (1927)
Orchestra della Scala di Milano dirigida por Riccardo Muti
Grabación: 1997. Versión muy aclamada. El Maestro ruso con setenta años de edad es mas que un “viejo” león. Es aun artista capaz de tocar con resultados a la altura de su prestigio. Pero nos parece mucho mas clara, expresiva y excelente en el plano tecnico la anterior versión grabada a Londres con la dirección de Carlo Maria Giulini.
Riccardo Muti
Carlo Maria Giulini
Jacqueline du Pré (1945-1987)
New Philharmonia dirigida por Daniel Barenboim
Grabación: 1969. Aquí la mitica Du Pré aparece algo apagada en una visión quizás demasiado intima y delicada, menos en el tiempo final en donde lirismo y fuerza vuelven para emocionar y encantar. Entres las versiones femeninas preferimos aquella de 1954 que nos muestra una Zara Nelsova de clara, solar y intensa musicalidad y muy bien acompañada por Adrian Boult y la London Philharmonic Orchestra.
Du Pré
Zara Nelsova
Enrico Dindo (1965)
Orchestra Nazionale della Rai, conductor Mstislav Rostropovic.
Grabación: 1999. El insigne violonchelista y director ruso acompaña maravillosamente a Enrico Dindo en una performance de nivel superior. Dindo delinea una versión vigorosa y lirica de gran impacto con dinamica amplia y “pianissimo” muy expresivos. El Minuetto es “cantado” con un pathos que llega directo al corazón. El tiempo conclusivo pone en luz todo il virtuosismo de Dindo que sierra una interpretación que anula del todo cierto decadentismo de Saint-Saëns para ofrecer una visión que funde classicismo y romanticismo en le búsqueda de una apollinea suprema belleza.