Carlos Paredes, su música es el alma portuguesa.
Nació el 16 de febrero de 1925 en Coímbra, cuna del fado más triste. Con nueve años se mudó para Lisboa, la ciudad del fado callejero. Aprendió a tocar la guitarra a los cuatro años con su padre, y grabó el primer disco, Carlos Paredes, en 1957. Escribió una serie de partituras cinematográficas y recibió un reconocimiento especial por la película Verdes Años de 1961. Consagró toda su vida a la guitarra hasta el 1994, cuando una grave enfermedad paró su vida de concertista. Diez años después dejó este mundo.
Su arte combinaba la herencia de la música popular portuguesa y de las guitarras lusas (cuyo origen se remonta al siglo XVI) con la música de los grandes compositores clásicos, sobre todo del periodo romántico. Lo que tocaba era más que fado, mucho más que simples composiciones de guitarra. Su sonido mágico le permitía una expresividad extraordinaria. Ha sido un verdadero Maestro no solo de música, sino también de vida.
Comunista asumido, fue también un luchador activo por la democracia. Durante la dictadura, la policía le mantuvo detenido durante dos años, algo sin importancia para Paredes, que rechazaba hablar de sus tiempos en la cárcel por considerar que otras personas lucharon más contra la dictadura y sufrieron mucho más a manos de los torturadores del régimen. En 1975, en plena euforia por la libertad recién conquistada, Paredes grabó el disco É preciso un país, acompañado por el poeta Manuel Alegre, que leía versos sobre la música de la guitarra portuguesa. En los años que se siguieron, el músico llevó su arte a todos los rincones del país y, más tarde, a todo el mundo. Paredes «dio dimensión universal a la guitarra portuguesa».
Nas Asas da Saudade – Carlos Paredes e Charlie Haden