

Gabriel Fauré
Músico francés del romanticismo tardío y post-romanticismo muy intrigante y capaz de crear melodías y armonías de gran belleza, pero su obra se ha quedado relegada entre los musicómanos más expertos y refinados. La atención de los intérpretes más aclamados se reduce casi exclusivamente a las “Tres melodies op.7”, al “Clair de lune”, a la “Bonne Chanson”, la “Pavana” y al sublime “Réquiem”. En realidad es un compositor de música vocal y da cámara que espera ser reconocido en todo su valor.
Su lenguaje armónico evolucionó en las tres etapas de su recorrido compositivo, que empezó bajo la égida del romanticismo para llegar al borde del atonalismo y a un misticismo encantador. En contraste con su estilo armónico y melódico, los ritmos de Fauré tendían a ser sutiles y repetitivos, con poco para romper el flujo de la línea, aunque utilizó síncopas discretas a la manera de Brahms. Copland se refería a él como «el Brahms de Francia». Jerry Dubins postuló en Fanfare Magazine en 2007 que Fauré es el «enlace perdido» entre Brahms y Debussy. Sackville-West y Shawe-Taylor notaron que las últimas composiciones de Fauré no muestran el sencillo encanto de su música juvenil: «La exquisita armonía romántica que siempre estuvo apoyada firmemente por una sola tonalidad, dio lugar luego a un estilo severamente monocromo, lleno de cambios enarmónicos, lo cual creó la impresión de varios centros tonales empleados de manera simultánea».
Quizás su pieza más célebre es “Après un rêve”, la primera de las “Tres Melodies op.7” compuesta para voz y pianoforte entre el 1870 y el 1878. Para algunos musicólogos esta pieza aún no manifiesta el verdadero Fauré que pronto llegará, siendo de clara derivación del estilo de Charles Gounod, pero es un emblema de la canción francesa y ha seducido un gran número de músicos, que la han arreglado para casi todos los instrumentos, incluso corno y contrabajo.
Entonces el primer paso para entrar en el mundo creativo de Fauré es conocer bien esta melodía escrita sobre versos que describen el sueño de un vuelo romántico con un amante, lejos de la Tierra y hacia la luz, pero el que sueña, al fin, quiere regresar a la noche misteriosa. El texto es una adaptación libre al francés por Romaine Bussine de un poema anónimo en italiano, aquí una traducción al español.
Después de un sueño
Mientras dormía, atesorando tu imagen,
soñé la dicha, un espejismo ardiente:
Tus ojos eran más dulces, tu voz pura y sonora,
brillabas como un cielo en la claridad de la aurora.
Tú me llamabas y yo dejaba la tierra
para escapar contigo hacia la luz;
los cielos para nosotros entreabrieron sus nubes,
esplendores desconocidos, divinos claroscuros…
¡Ay! ¡Ay! ¡Triste despertar de los sueños!
Te llamo, oh noche, devuélveme tus engaños,
¡regresa, regresa radiante,
regresa, oh noche misteriosa!
Hay cientos de interpretaciones de “Après un rêve”. Entre aquellas para voz, es obligado empezar por Gerard Souzay, maravilloso barítono francés injustamente olvidado: por nobleza de fraseo, claridad de dicción y sobria emotividad su versión es ejemplar. Al frente de las intérpretes femeninas, además de la histórica grabación (1924) de Olga Haley, hay un sinfín de interpretaciones, algunas espléndidas como la de Regine Crespin y sobre todo de Veronique Gens.
Entre las transcripciones, hay muchas importantes interpretaciones para violín y entre ellas: Nathah Milstein, Joshua Bell y Janin Jansen, ésta última quizás la más afín al espíritu de la canción francesa. Hay también hermosas interpretaciones de violonchelistas, empezando por Casals, Janigro, Starker, Rostropovich y terminando con Capuçón y la intensa Camilla Thomas, pero vamos a proponer el casi desconocido y maravilloso Daniil Shafran, con su bellísimo sonido y fraseo íntimo. Y como conclusión de esta breve, pero potente reseña, tenemos la interpretación de Sergio Fiorentino en una transcripción del mismo Maestro napolitano, armónicamente refinada y tocada con un sentido poético de una delicadeza conmovedora.
Fauré trajo al mundo una gran belleza no al alcance de todo el mundo y todos estos interpretes y muchos más) han amplificado esta belleza y la han traído a nuestro alcance.