La maravillosa vacuna…sus posibilidades son infinitas, al par de la estupidez humana.
Un efecto secundario, inesperado y preocupante de la vacuna del COVID-19 es el agrandamiento de los ganglios linfáticos que se muestran en la tomografía por emisión de positrones (PET) como posible cáncer.
Como resultado, los oncólogos reportan que alrededor del 10 % de los pacientes que no tenían hallazgos sospechosos en sus exploraciones PET antes de la vacuna, mostraron ganglios linfáticos axilares positivos. Por lo general, hallazgos como ese requerirán pruebas adicionales, como biopsias invasivas y posibles tratamientos por la sospecha de cáncer.
Ahora, los investigadores que observaron los datos analizados de los pacientes que reportaron hallazgos sospechosos en sus tomografías por emisión de positrones después de la vacuna dicen que los proveedores deben tener en cuenta el estado de vacunación de sus pacientes al momento de realizar las tomografías.
MedPage informó hoy que uno de los investigadores dijo: «Las situaciones en las que podemos tener problemas son diferentes tipos de cáncer como el de mama, melanoma, pulmón y el carcinoma. Si lee un escáner de cáncer de mama del lado derecho recién diagnosticado, y si ve todos estos ganglios, lo primero que piensa es que se trata de una enfermedad metastásica.
Pero luego ve que la vacuna la aplicaron en ese lado hace aproximadamente una semana, y realmente no sabe si lo que ve es un cáncer o una vacuna, ya que se ven exactamente iguales en las imágenes».