Libre de ataduras
A cada anohecer hay que romper cadenas
para encontrar Hipnos y su hijo Morfeo
llevando sueños reveladores de verdades.
A cada amanecer hay que abrirse a la belleza
mirando Apolo reluciente auriga del carro del Sol
y su hermosa hermana Afrodita nascida del mar.
Y dejar de ser auriga de un carro lleno
de estrellas apagadas, caídas,
de sueños destrozados, lapidados.
Siete años para llegar a Ítaca contigo
y quedarme eternamente en tus brazos,
pero los Dioses me apartaron del amor.
Apolo me instó al sacrificio con el tormento
de la enfermedad sin ofrecerme la cura,
pero me dejó la musica y la poesia, y no es poco.
Musica y poesia que ablandaron el dolor
al verte desde lejos como te ibas
mientras escribías sonidos sobre pétalos de rosas.
Que el viento se llevó, juntos con mi tristeza,
llantos, tinieblas y soledad no deseada.
Ya no me inquieta el deseo, ni tu ausencia.
Resurgiendo de mis cenizas ahora
no estoy para la espera, estoy en camino,
libre de ataduras del pasado y del futuro.