

Miedo, tiranía y post-verdad
Como señaló la periodista de investigación Whitney Webb, en su artículo del 2 de marzo de 2022, titulado: “Ukraine and the New Al Qaeda,”,» la guerra en Ucrania parece ser la expresión de una «profecía» de la CIA impulsada durante los últimos dos años, que predijo que «una ‘red transnacional de supremacistas blancos’, con supuestos vínculos con el conflicto de Ucrania, será la próxima catástrofe global que caería sobre el mundo a medida que la amenaza del COVID-19 retrocede”.
De hecho, el conflicto entre Ucrania y Rusia podría ser “la entrada a la última iteración de la interminable ‘Guerra contra el terrorismo’”, escribe Webb. Esto, de nuevo se remonta a la necesidad de los tecnócratas de justificar cada acción para implementar el Gran Reinicio.
Necesitan que vivamos con miedo, porque un pueblo preso por el miedo, dará poderes de emergencia a los líderes, quienes a su vez le quitarán sus derechos “por su propia seguridad”. En los últimos dos años, incluso nos han arrebatado nuestro derecho a decir lo que pensamos, y las personas que contradicen la narrativa oficial, evidentemente hechas de mentiras, se han identificado como “la principal amenaza terrorista”. Hacer preguntas, dudar, intentar de llegar a la verdad es muy peligroso.
Hay dos “verdades” absolutamente dogmáticas y entonces incuestionables: las vacunas son una santa bendición, salvan vidas, rejuvenecen, nos dan mucha salud, y los rusos son malos. Entonces Putin es un carnicero, un cruel dictador, uno campeón de maldad. Dostoievski es un escritor malo. Emil Giles, de Odesa, es un magnifico pianista, pero se ha portado mal tocando músicas de Ciakowsky y de Rachmaninof. . Biden, es muy lucido además de inteligente y muy bueno y ama mucho el dólar, y aun mas los dólares de los productores y traficantes de armas y hará bien si enviará los 20.000 carros de combate que le pide el heroico tragicómico Zelensky.
No es verdad que los gobiernos aliados del los buenos anglo-americanos hayan matado con bombas y misiles a mas de cincuenta millones de personas desde Vietnam hasta Belgrado. Ellos han masacrado «terroristas,» han defendido la «democracia». Con la ultima pandemia han causado conflictos entre vecinos, entre padres e hijos y entre amigos. Han destrozado la economía de los verdaderos trabajadores, mientras los magnates han ganados mucho dinero. Pero ellos lo hacen para el nuestro bien, son filántropos. Aquellos de Pfizer son grandes promotores de la salud: injustamente han sido condenados en miles de juicios por magistrados corruptos, Ellos trabajan por el bien. Bill Gates es un amable filántropo. Yo me he equivocado en elegir Apple. Pido perdón por haber rechazado las vacunas. Ahora espero con ansiedad la cuarta dosis. Estoy algo mal, pero es la viejez. También estaban nada bien mis cactus, pero ahora están vacunados y esto me tranquiliza.
Esta mañana me ha aparecido esto pensamiento: “Cada vez que cedemos y adoptamos la narrativa de los más-media nosotros perdemos.” Y quizás esta “humanidad” está perdida y merece la extinción. O quizás no. Estoy algo mareado después de la tercera dosis, pero he decidido ser valiente, vencer el miedo y viajar hacia Ucrania, y participar a los combates, a lado de los que saben que es la Nato y en contra de la misma Italia, porque desde tiempo no me siento italiano y coherentemente he sido un emigrante. En el tiempo de la post-verdad nunca aceptaré las mentiras, nunca aceptaré el globalismo y nunca el miedo albergará en mi. Y nunca tomaré fármaco alguno.