Es un pequeño País (mas o meno del tamaño de Bélgica) en donde viven uno tres millones de personas. Es una civilización entre las más antiguas y su patrimonio musical no es muy amplio pero su calidad es notable.
Aram Khachaturian (1903-1978) es el compositor clásico de origen armenio (nació en Georgia de padres armenios)de máxima notoriedad internacional, pero en realidad pocas de sus de piezas han llegado al gran público (los ballet Gayanet y Spartacus y la suite Masquenade). Pero ha dejado mucha música de valor, a empezar por las Sinfonías, el Concierto para pianoforte, el Concierto para violín y aquello para violoncelo dedicado a Rostropovich. Y también la Sonata para pianoforte compuesta en el 1961, del cual queda el recuerdo de una portentosa interpretación “live” de Gilels que no logró lanzarla en el repertorio de otros grandes pianistas. Inicialmente influenciado por Prokofiev, pronto Khachaturian definió en estilo proprio basado en parte en rústicas músicas étnicas y máximamente en su fluyente vena melódica, su a veces electrizante fuerza rítmica y una potente orquestación con su gran variedad de brillantes colores.
Otro importante compositor armenio es Tigran Mansurian, también poco conocido, pero preferimos dedicarle un articulo el próximo 27 de enero día de su cumpleaños.
Aún más desconocido es Soghomon Soghomonian Komitas (1869 – 1935): fue un sacerdote, musicólogo, compositor, arreglista, cantante y maestro de coro. Es reconocido como uno de los pioneros de la etnomusicología armenia: recopiló y transcribió más de 3.000 piezas de música folclórica armenia, de las cuales más de la mitad fueron perdidas. Además de las canciones populares armenias, también mostró interés por otras culturas y en 1904 publicó la primera colección de canciones populares kurdas. Su coro presentó música armenia en muchas ciudades europeas, ganando el elogio de Claude Debussy.
Durante el genocidio armenio por manos turcas, Komitas fue arrestado y deportado a un campo de prisioneros en abril de 1915. El trauma que vivió alteró gravemente su estado mental. Fue colocado por primera vez en un hospital y operado por militares turcos y en 1919 fue trasladado a hospitales psiquiátricos en París, donde pasó los últimos años de su vida en agonía. Komitas es ampliamente visto como un mártir y ha sido representado como uno de los principales símbolos del genocidio armenio. Parte de su música guarda relevante valor principalmente por su genuina espiritualidad.
La misma espiritualidad donde nos eleva el duduk de Dijvan Gasparyan, el máximo entres los músicos armenios que tocan este instrumento algo parecido a nuestro oboe y que para los armenios es la “voz de dios”. Gasparyan merece un artículo a parte, que pronto prepararemos.
Pero el armeno más famoso es Charles Aznavour, nacido en Paris de padres armenio el 22 de mayo de 1924, con el nombre de Shahnourh Varinag Aznavourian. Es un cantante que ha vendido más de cien millones de discos. Aznavour ha sido (y aún es a su avanzada edad) un emblema de la canción francesa, pero de vez en cuando ha dedicado algunos momentos a la música armenia.
In en fin el genial y espectacular violinista Ara Malikian, que se dedica sobre todo el repertorio clásico y gracias a su carisma y presencia escénica.