Reinhold Gliére (Kiev, 11 de enero 1875-Moscù 23 de junio de 1956), épico músico de Ucrania
Fue un compositor post-romántico ruso de origen germano-polaco. Fue el segundo hijo de un sajón fabricante de instrumentos de viento Ernst Moritz Glier (1834-1896) quien emigró a Kiev y se casó con la polaca Josefa Korczak. Su nombre original, según consta en el certificado de bautismo fue Reinhold Ernst Glier. Alrededor de 1900 cambió su apellido y la pronunciación a Glière. Su padre fue un músico de muy buen nivel y multi-instrumentista, entre otros, de la flauta, clarinete, del corno y de la trompeta. Supo transmitirles a sus hijos sus dotes artísticas: el hermano de Reinhold, Moritz, era un excelente violonchelista.
Después de enseñar un tiempo en Moscú, estudió dirección en Berlín, de 1905 a 1907, apareció por primera vez en Rusia como director de orquesta en 1908, el mismo año en que su poema de tono Sireny («Las Sirenas») fue recibido con entusiasmo. Glière enseñó en el Conservatorio de Kiev y fue nombrado director en 1914. Regresó a Moscú en 1920, enseñó en el conservatorio allí, y se involucró en el estudio de la música folclórica, viajando ampliamente para recoger material. La ópera Shakhsenem (realizada por primera vez en 1934) fue el resultado de su estudio de la música nacional de Azerbaiyán, y elementos uzbekos aparecen en la ópera Gyulsara (1936).
A finales del siglo XX, la música de Glière se representaba principalmente en países que antes pertenecían a la Unión Soviética , aunque su ballet Krasny mak (1927; La amapola roja ) ganó una gran popularidad internacional durante un tiempo. También fueron bien considerados el ballet Medny vsadnik (1949) y su Sinfonía n. ° 3 (1909-11, Ilya Muromets ). Aunque Glière era muy respetado por muchos, sus trabajos a menudo motivados políticamente -por ejemplo, la obertura 25 permitieron que Krasnoy Armii (1943; Veinticinco años del Ejército Rojo y Torzhestvennaya uvertyura (K 20-letiyu Oktyabrya) (1937; Obertura solemne para el 20º aniversario de la Revolución de Octubre ) fueron criticados por otros por falta de profundidad y originalidad. Sin embargo, su influencia en los compositores soviéticos más jóvenes fue profunda. Entre sus alumnos Sergey Prokofiev y Aram Khachaturian.
Entres sus obras maestras hay la tercera sinfonia.
Compuesta entre 1909 y 1911, la “Sinfonía Nº 3 en si menor” (Ilya Murometz) Op.42 fue estrenada el 23 de marzo de 1912 en Moscú, interpretada por la Orquesta de la Sociedad Musical Rusa dirigida por Emil Cooper. La obra ganó el Premio Glinka. Ilya Murometz es un héroe de la mitología rusa, protagonista de numerosos bylini, que son poemas épicos populares. Está considerado como uno de los más grandes bogatyrs, legendarios caballeros errantes medievales.
La sinfonía es en cuatro movimientos y narra musicalmente la leyenda de Ilya Murometz, en una forma que es realmente es un gigantesco poema sinfónico de uno 90 minutos. Está orquestada para una gran orquesta que incluye octavino, tres flautas, tres oboes, corno inglés, tres clarinetes, clarinete bajo, tres fagotes, contrafagot, nueve trompas, cinco trompetas, cuatro trombones, tuba, timbales, triángulo, glockenspiel, castañuelas, caja, bombo, tam-tam, celesta, dos arpas y las cuerdas habituales.
Una de las primeras grabaciones fue la de Stokowsky con la Orquesta Filadelfia, que poniéndose de acuerdo con el compositor la redujo drásticamente a unos cuarenta minutos. Hermann Scherchen realizó una grabación completa monofónica de extraordinario valor por su intención de proponer una lectura que proyecta a Gliére en un ámbito más moderno de lo que realmente es. Estupendas son también la dos grabaciones de Ferenc Fricsay con la Rias Symphony orchestra de Berlín, la primera editada por Decca en 1956 y la secunda por DG en 1978.
Es bien escuchar la entera sinfonía, que se mantiene en los límites marcados por los más importante compositores rusos como Glazunov, Tchaikowsky, Rimski-Korsakoff y Glinka. Gliére fue un músico conservador, solo en algunos momentos se acerca a Scriabin y quizás por esto su fama es limitada. Pero merece atención, es excelente melodista y tiene una notable capacitad de fusionar la música de raíces populares con el lenguaje de los grandes sinfonista rusos. Pero en este espacio nos limitamos en presentar el Segundo movimiento Andante, que lleva el título Ilya Murometz y Solovei el Bandido. La estructura del movimiento lento de la sinfonía es más sencilla que el anterior. La orquesta describe el misterioso y casi impenetrable bosque, mediante los llamados “murmullos de la foresta.” En el bosque vive Solovei el Bandido rodeado por tres hermosas doncellas. Poseen un tesoro en oro, plata y perlas. Seducen a los viajeros con su belleza para robarles. Silbando y lanzando feroces gritos Solovei somete a todo aquel que entra en el bosque. Aparece el tema de Ilya marcando su llegada. Una atractiva melodía representa a las hermosas muchachas. La melodía crece en intensidad, interrumpida momentáneamente por cantos de pájaros. Sigue en “creciendo” vistiéndose con una armonía vagamente wagneriana. Al llegar a su clímax hay el combate entre Ilya y el Bandido. Entonces la orquesta continúa con siniestros trémolos, apareciendo de nuevo el tema de Ilya vencedor, que ha derribado al bandido con una flecha. Los murmullos de la foresta cierran la pieza.
Proponemos la interpretación de Stokowski, potentemente descriptiva, virtuosistica y de bellos sonidos, grabada en 1957.