Sergio Endrigo, 15 de junio de 1933. El ultimo romántico.

15 junio, 2017Cumpleaños, Erase un vez la canción254 comentarios

En los años Sesenta los cantautores revolucionaron el mundo de la canción. Cohen, Yupanqui, Brel, Brassens, Llach, De André y varios otros trajeron aire nuevo, con canciones hechas con cultura, sentido poético, conciencia política, visión lucida de la realidad social, música creada para ser escuchada, no bailada. Música para acrecentar la emoción generada por las letras. Canciones que cuentas historias con pocos versos. Que cantan el amor sin banalidades, con profundidad.

En el tiempo de la post-verdad, de la post-cultura, de amor liquido, citando Baumann, no hay lugar par artistas como Sergio Endrigo, que hoy, 15 de julio cumpliría 85 años si un cáncer de pulmón no lo había traído en el mundo del silencio, y desagraciadamente del olvido. La gran mayoría de los jóvenes actuales, apéndices de sus pantallas y pantallitas, incomunicados en la era de la comunicación, ajenos a la poesía, a la belleza, ajeno a la vida cuando se sientan en frente a un hot dog y una coca cola, no tienen la menor posibilidad de entrar en sintonía con un Sergio Endrigo, que con finura, suma elegancia, buen gusto, habla de amor o de libertad. No pueden entender a alguien que “sabe leer en los ojos”, amar a una sola persona, desgranar largas melodías sin notas redundantes. Alguien que fue más amado en Brasil que un su país natal.

Como Fabrizio de André, más volcado hacia la canción social de escuela francesa, y más dotado en la escritura de letras, con vuelos poéticos que van muy lejos, Sergio Endrigo, autor más de músicas que de textos (Sergio Bardotti es el autor de los versos de Canzone per te, ganadora de un Festival de San Remo) ha marcado la historia de la música, no solo italiana, con canciones y interpretaciones no destinadas al olvido, que se quedaran en los corazones y en las almas de quienes aún conservan el sentido de la poesía, de la belleza, de la emoción.

Sergio Endrigo es el ultimo verdadero romántico, intimo, discreto, tierno en su velada tristeza que quizás preveía un mundo en devenir.

Sergio Endrigo – Aria di neve – 1963