Tito Schipa, tenor de gracia
(27 de diciembre de 1888 – 16 de diciembre de 1965)
De ascendencia albánese, Raffaele Attilio Amedeo Schipa Vallone nació en la ciudad de Lecce, en el sur de Italia. Desde niño demostró un talento musical y vocal que fue reconocido por su maestro Giovanni Albani en sus primeros años escolares. A los 12 años de edad, Titu (chiquito) como era su apodo, ingresó en el seminario, donde además comenzó sus estudios de composición musical. Ya adolescente se trasladó a Milán para completar sus estudios. El 4 de febrero de 1909 debutó en la ópera La Traviata, en Vercelli. Después de trabajar unos años en la compañía de Giuseppe Borboni, donde adquirió experiencia y desarrolló su talento, logró triunfar en Nápoles en 1914, en la ópera Tosca con el nombre artístico Tito Schipa. Su debut en Chicago lo realizó el 4 de diciembre de 1919 en la ópera Rigoletto, iniciando una carrera triunfal que duraría 15 años más en los Estados Unidos. En la década de los 50 sus apariciones fueron cada vez más espaciadas y el 14 de abril de 1955 hizo su actuación de despedida de los escenarios en el Teatro Petruzzelli, en Bari. Sin embargo, su carrera continuó, fundando en Hungría una escuela de canto en 1956, y realizando en 1957 una gira en la Unión Soviética.
Junto con Fernando de Lucia y Alfredo Kraus forma la triada de los más prestigiosos tenores de gracia que hayan grabado discos. Intérprete de una clase máxima, siendo un músico además de cantante, Schipa supo compensar su limitada extensión de los agudos, y la potencia no extrema de su voz, con una técnica superlativa, un tono hermoso, una capacidad extraordinaria de dominar el aliento y emitir maravillosamente “filature” y “mezze voci”, pero no como recursos platéales sino para enfatizar adecuadamente la expresión, siempre al servicio de una musicalidad exquisita. Además su canto fue moderno para su época, libre de “portamenti”, solazos y otras afectaciones por el estilo, típicas de tenores como Gigli.
Intérprete de referencia de Donizetti y Massenet, único cantando canciones napolitanas, e incluso en aquella española fue capaz de igualar, como en Ay, Ay, Ay, un tenor besado por el divino como fue Miguel Fleta. Pero muchas palabras y abundar en superlativos sirven de poco. Las grabaciones de Schipa hablan por sí mismas, hablan de belleza y emoción, cultura y estilo.
«Il Lamento di Federico»
«Pourquoi me réveiller?»; Werther; Jules Massenet (1925)
Rare! Tito Schipa sings Napulitanata
«Ay-Ay-Ay,» identified on the label as a Creole song, on Victor 74753, recorded 28 March 1922.