Diosa de la trascendencia
Es hermoso imaginar la existencia
de una divinidad de la trascendencia.
Una diosa pagana que nos proteja
de los dioses de la Biblia, del Corano, del Talmud.
Nos proteja de la banalidad del mal.
De los que intentan apuñalarnos en la espalda.
De los los que viven el la mentira y mienten.
De los que roban.
De los que matan todo.
De los que desconocen la gratitud
envueltos es sus corazas de egoismo.
De los que albergan la fealdad en en alma.
Una divinidad de la trascendencia
que ayuda los honestos, los buenos, a no ser ingenuos.
Que fortalezca la creatividad de los artistas,
de los poetas, de los músicos, de todos
los creadores de belleza.
Que fomente un mundo libre de violencia,
de violentos, un mundo de paz y lindura.
Que ayude los sanadores es su empeño en
alejar la enfermedad y salvar vidas.
Y los justos en su empeño en actuar para
la salvación del planeta Tierra.
Un diosa que no es Atenea y que podemos llamar Utopia