Carta para Trótula di Ruggiero (Trótula de Salerno)
(Salerno, 1100 ca.-1160 ca.)
EDUARDO GALEANO ME DESCUBRE A TRÓTULA
Mientras las Cruzadas arrasaban Maarat, Trótula Ruggiero moría en Salerno. Como la Historia estaba ocupada registrando las hazañas de los guerreros de Cristo, no es mucho lo que se sabe de ella. Se sabe que un cortejo de treinta cuadras la acompañó al cementerio y que fue la primera mujer que escribió un tratado de ginecología, obstetricia y puericultura.
Las mujeres no se atreven a mostrar ante un médico hombre, por pudor y por innata reserva, sus partes íntimas, escribió Trótula. Su tratado recogía la experiencia de una mujer ayudando a otras mujeres en asuntos delicados: Ellas le abrían el cuerpo y el alma, y le confiaban secretos que los hombres no comprendían ni merecían. Trótula les enseñaba a aliviar la viudez, a simular la virginidad, a sobrellevar el parto y sus trastornos, a evitar el mal aliento, a blanquear la piel y los dientes y a reparar de los años el irreparable ultraje. La cirugía estaba de moda, pero Trótula no creía en el cuchillo. Ella prefería otras terapias: la mano, las hierbas, el oído. Daba masajes cariñosos, recetaba infusiones y sabía escuchar.
Espejos. Una historia casi universal Eduardo Galeano
Querida Trótula,
Sabemos que antes de la fundación de las universidades el saber en la Edad Media estaba en hacer oscurantista y misógino de la Iglesia. Eran los monasterios, sobre todo masculinos, los que custodiaban todo el saber. El oficio de la medicina estaba reservado a los hombres, salvo muy raras excepciones como la gran Hildegarda von Bigen, que fue mas o menos tu coetanea. Las mujeres sólo podían ejercer como comadronas. El resto de saberes médicos les estaban vetados. Pero en el siglo XI se fundó en Salerno una escuela excepcional. Cerca del importante monasterio benedictino de Montecassino, en las proximidades de Nápoles, se surgió la primera escuela médica laica y a la que tenían acceso las mujeres. En ella, las estudiantes de medicina podían acceder a conocimientos médicos amplios, más allá de los relacionados con las tareas de las parturientas.
Y tu primero fuiste estudiante y después profesora, dando brillo a la Escuela Medica Salernitana. En tu tiempo los enfermos eran tratado col cuchillo y otras barbaridades. Tu tuviste el merito de una innovación de suma importancia, instaurando un metodo basado sobre la evaluación amplia del paciente, entonces no solo centrada en los síntomas. A pesar del nefasto poder de la iglesia católica, tu rol fue importante y poderoso, el de una mujer y médico con grande carisma, inteligencia y dotes especiales de maestra e innovadora.
Contigo empezó aquella medicina integral que actualmente se practica de manera siempre mas difundida. Escribiste varios tratados sobre medicina y cosmetica y en en su obra aún hoy se siguen encontrando elementos novedosos. Tu fama fue tal que tus libros fueron copiados y vueltos a copiar por varios siglos. Con el descubrimiento de la imprenta por Gutenberg, tu obra fue impresa por vez primera en Estrasburgo, en el año 1554. Tus enseñanzas ginecológicas serían seguidas durante muchos años en toda Europa, convirtiéndote en la mujer de mayor prestigio en Obstetricia y Ginecología de la Edad Media.
Tu nombre aparece siempre relacionado con la Escuela de Medicina de Salerno. Algunos investigadores afirman que fuiste la esposa de uno de los fundadores de dicho centro, Johannes Platearius, a quien posteriormente se le atribuiría tu obra, porque se creía que fuera imposible que una mujer llegara a tanto conocimiento. En realidad la estrella de la escuela salernitana fuiste tu, llegando a enfrentar enfermedades graves con el cáncer. En tu obra Passionibus Mulierum Curandorum (Las Dolencias de las Mujeres) expusiste temas tan peligrosos para su tiempo como intentar eliminar la creencia de que todos los males de la mujer le venían de la menstruación o que los problemas de infertilidad no sólo podían tener su origen en ellas sino también en los hombres. Usaste hierbas para mitigar los dolores del parto, algo totalmente prohibido en aquel tiempo. Esta amplia obra de 60 capítulos en las que habla del embarazo, el parto, el puerperio, la fertilidad y otros temas relacionados con la mujer se convirtió en texto imprescindible en las universidades europeas hasta el siglo XVI.
Querida Trótula, has marcado la historia de la medicina como verdadera Maestra. Contigo la medicina paró de ser un officio algo desumano y hasta cruel para ser el arte de curar con verdadero conocimiento, dediciòn, respeto, inteligencia, calor humano, Desarrollaste una medicina preventiva y poco agresiva que da mucha importancia al equilibrio de los humores mediante hierbas, el ejercicio, la limpieza y una dieta equilibrada, baños y masajes, reposo e inclusive una actitud positiva. Contigo volvió a vivir la enseñanza de Hippocrates y contigo hubo el grande cambio, triunfó la vision de una medicina humana y realmente terapeutica.