La última revolución 2
Vamos a empezar por lo básico reduciendo el consumo y evitando comprar productos de empresas multinacionales. Prescindamos de los supermercados y acudamos a los pequeños productores y artesanos, o mejor, convirtámonos en productores. Volvamos a la vida rural huyendo de la contaminación y del cáncer ciudadano. Produzcamos nuestros alimentos, aprendamos a ser artesanos, creemos pequeños pueblos lo más autónomos posible, volvamos al trueque y limitemos, al mínimo, el uso del dinero, evitando, así, alimentar a los bancos y los gobiernos.
Aprendamos a no ser esclavos del gobierno. Cerremos las cuentas bancarias, tiremos los dañinos teléfonos móviles, rechacemos los servicios costosos y peligrosos que ofrece (o mejor dicho, impone) este sistema corrupto hasta la médula. Volvamos a la naturaleza, aprendamos a respetar sus ritmos y ciclos.