Minimalismo sacro: un viaje musical para el espíritu
Minimalismo sacro, minimalismo místico o minimalismo espiritual son términos utilizados para describir los trabajos musicales de un grupo de compositores de música clásica de finales del siglo XX. Las composiciones resaltan por una estética composicional minimalista y un distintivo carácter religioso o espiritual.
En los años 70 y continuando en los 80 y 90, varios compositores, muchos de los cuales habían trabajado anteriormente en música serial o experimental, empezaron a trabajar con ideales estéticos similares – materiales composicionales radicalmente simplificados y el uso de melodías sencillas , repetitivas – pero incluyendo una orientación explícitamente religiosa.
Estos compositores buscaban inspiración en la música medieval y renacentista, o en la música litúrgica de las iglesia ortodoxa. Estadunidense de origen armenio, Alan Hovhaness (nacido en 1911) es el primer minimalista místico.
Después tenemos la rusa de origen tártaro Sofía Gubaidúlina, nacida a Chístopol en 1931. Es famosa por la profundidad religiosa de su música. De fe católica, Henryk Górecki (Czernica 1933) empezó escribiendo música serial inspirándose sobre todo a Pierre Boulez y después encontró su camino ideal en le minimalismo sacro. El estonio Arvo Part (1935) es quizás el más amado de este grupo de extraordinarios músicos, que pesar de ser agrupados juntos, suelen rechazar la definición “minimalismo místico”, y niegan de forman una «escuela» de asociados cercanos. Sus distintas nacionalidades, creencias religiosas e inspiraciones composicionales hacen esta definición problemática, pero su uso está muy extendido, entre musicólogos y críticos de música, principalmente debido a la falta de una mejor. John Taverner (Londres 1944), se convirtió a la ortodoxia griega pero exploró también otras tradiciones religiosas. El letón Peteris Vasks nació en 1946 en la familia de un pastor evangélico bautista. Ha hecho un amplio uso de técnicas minimalistas, pero nunca se convirtió en esclavo de ningún método en particular. En fin el eslovaco Vladimir Godár (Bratislava 1965), es menos conocido pero merece atención
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Empezamos con Alan Hovhaness que escribió su Magnificat en 1959 per encargo de Serge Koussevitsky
«He tratado de sugerir el misterio, la inspiración y el misticismo del cristianismo primitivo en esta obra» dijo Teverner. y lo ha logrado muy bien y tenido mucho existo. Escuchamos la cuarta parte de esta obra.
Más innovadora y experimental es la manera de hacer música de Sofía Gubaidulina. Aquí tenemos la primera parte de su versión del Cantico al sol de San Francisco de Asís.
Ivan Monighetti – cello
Ryszard Haba – percusión instrumentos
Tomasz Sobaniec – percusión instrumentos
Chór Polskiego Radia / Polish Radio Choir, Jerzy Swoboda – conductor
De Gorecki proponemos su obra mas popular, La Tercera sinfonía conocida como Sinfonía de las lamentaciones. Su segundo movimiento, lento e largo, tranquillissimo, contiene frases escritas sobre el muro de una prisión de la Gestapo en Zakopane. En ellas, su autora, la niña Helena Błażusiak, pide la intercesión de la Virgen María.
Symphony No. 3, Op.36 (Symphony of Sorrowful Songs), 1976 , segundo movimiento.
Arvo Part, el genial estonio capaz con un lenguaje actual de perpetuar la milenaria tradición de la música sacra cristiana. Aquí su conmovedor Magnificat.
Estonian Philharmonic Chamber Choir and Paul Hillier
John Tavener, influenciado inicialmente por Stravinski, crea rápidamente un estilo personal en lo cual predomina el diatonismo. Aquí una impresionante pieza cargada de tensión emotiva, compuesta para la película “Children of Men”: Fragments of a prayer*
Peteris Vasks nos ofrece un Páter Noster de extremada sencillez y pureza. Esté músico letón elude la complejidad de la música de Part o Tavener para definir un lenguaje que llega directo al corazón.
– Choir: Latvian Radio Choir, Conductor: Sigvards Kļava
Terminamos esta excursión musical con una casi desconocida hoya de Wladimir Godar, músico eslovaco que expresa una profunda, sincera religiosidad con un lenguaje musical de cautivadora sencillez que hace levitar un exquisito sentido poético. Si aún ahora nace música así pura e inspiradora, se puede considerar que nuestra civilización aún no está acabada. Que podemos y tenemos que velar para un mundo mejor.
Godar: Magníficat. (9:02)
Performed by Slavic Chorale and Orchestra. Pavel Kravchuk, Conductor. Alina Ilchuk, Soprano.