

Nino Gvetadze: Érase una vez la musica.
En estos tiempos de caída en picado de la cultura, del arte, de la belleza, del gusto, en el mundo del pianoforte aparecen algunos seres que afirman que estos valores tienen que seguir vivos. Mientras impera el espetaculo mas superficial y trivial, aparecen algunos seres que parecen llegar desde un mundo de hadas. Entres estos, la pianista georgiana Nino Gvetadze, que probablemente no conquistará a las grandes plateas. Llenará unicamente los pequeños teatros y las salas de conciertos de ciudades en donde queda algo de cultura. Llegará al corazón de los pocos que quedan anclados a un mundo de cultura, arte, belleza, gusto, y quizás logrará que crezcan de numero.
Nino Gvetadze se sienta al piano vestida come se debe en el lugar sagrado que tendría que ser una sala de conciertos. Entra en el escenario absorta en su mundo de belleza y toca con uno charme que evoca tiempos antiguos, con un pathos poetico, conmovedor y sobre todo con una delicadeza que sorprende, encanta. No le gustan los fortissimo estridentes. Ni la violencia y tampoco la vehemencia. No se pone altiva en un pedestal gritando y disparando octavas como una metralleta. Por el contrario nos habla con sonidos tranquilos, cálidos, tiernos, persuasivos. Nos dice susurrando: érase una vez la musica y era así.
Y así nos propone una hermosa vision del Gretchen am Spinnrade de Schubert/Liszt, que inicia con tono delicado y despues se desarrolla con una pasión creciente que no llega a desbordar. La pieza fue compuesta por Schubert en forma de Lied en donde el canto (en general de un soprano) es acompañado por un pianista que tiene que evocar con la mano derecha el movimiento circular de la rueca de tejedor movida por Gretchen mienta ella canta su mal de amor, y la mano izquierda toca un ostinato que imita el ritmo de un angustiado corazón. Obviamente la versión por piano solo de Liszt impone hacer las tres cosas juntas, algo que logra realizar muy bien el pianista ruso Grigory Ginzburg en una grabación del 1948. Nino dilata un poco el tiempo y elige crear una atmosfera de tristeza mas que angustia enfocando sobretodo el canto, en un milagro de poesía y de gusto: rara vez se había escuchado la transcripción de este lied tocada con tanta delicadeza y elocuencia, en una lectura que quizás tiene en cuenta la interpretación de Maria Gambaryan y que se pone entre las mas sugestivas junto con las del joven Kissin, de Egon Petri de la sorprendente Lilya Zilberstein que toca a un tiempo lentissimo y de los ya nombrados Ginzburg y Gambaryan.
Rachmaninoff: Moment musical en 2 Preludes
Schubert/Liszt Gretchen am Spinnrade
Lotus Land from composer Cyril Scott.