Tim Buckley
(Washington 14 de febrero de 1947-29 de junio de 1975)
En todas partes hay lluvia mi amor
En todas partes hay miedo
Si me dices una mentira voy a llorar por ti
En su breve vida, solo 28 años, Tim ha demostrado ser uno de los más interesantes vocalistas de la década de los 60 y los primeros años 70. Se basó en el folk, el rock psicodélico y el jazz progresivo para crear un considerable trabajo de vanguardia. Su asombrosa voz abarcaba tres octavas y media y era capaz de gran expresividad emocional, pasando de increíbles ternuras a lamentos angustiosos. Su inquieta y continua búsqueda de nuevas sonoridades lo mantuvo fuera de la música comercial: cuando sus fans se enganchaban en su último álbum, él estaba ya haciendo algo completamente diferente. Su eclecticismo, su talante de troubadour romántico en trajes más o menos rock y siempre anclado a las drogas (que al fin lo mataron) le ha asegurado una fascinación duradera y ha engendrado un creciente culto póstumo. Tim Buckley es un mito. Un mito que empezó antes de que cumpliera 20 años, cuando ya había lanzado su álbum de debut (Tim Buckley 1966), con sus melodías agudísimas y letras románticas y oscuras en un tono general de frágil y melancólica belleza. Su segundo LP, Goodbye and Hello (1967) nos trae lo psicodélico y el tercer álbum, Happy Sad (1969), anda en una dirección decididamente más jazzística.
Algunas de sus canciones abandonaron las letras casi por completo, tratando la voz como un instrumento, gritando y gimiendo, a veces con bastante disonancia. En este contexto, el álbum Lorca (1970) muestra un Buckley que deja atrás al poeta romántico y melódico que fue para imponerse como artista experimental, que a veces parecía empeñado en sacudir a sus oyentes con voz estridente y alucinada, con música que se aleja totalmente de las leyes tonales. Pero, mientras Lorca sorprendía a sus aficionados y dejaba perplejos a los críticos, apareció al mismo tiempo Blue Afternoon (1970), como para demostrar que todavía era capaz de pop-folk jazzístico, delicado y expresivo. Si bien fue una admirable demostración de versatilidad, esto confundió a sus seguidores. Buckley encontró su mejor equilibrio entre la accesibilidad y la improvisación jazzística en Starsailor de 1970, que es la mejor demostración de su habilidad vocal, aunque muchos prefieren el Tim de los primeros discos y nosotros también.
Song to the Siren
Phantasmagoria in Two Tim Buckley – Goodbye and Hello [1967]
Tim Buckley – Sing A Song For You Album: Happy Sad 1969
Tim Buckley – Dolphins – Whistle Test (May ’74)