Carta de amor para Emily Jane Brontë
(Thonrton 30 de julio de 1828 – Haworth 19 de diciembre de 1848)
Retrato de Emily Brontë pintado por su hermano Branwell
“Una hermandad de desgracia, con sonrisas y miradas tristes.
La locura diaria afectándome y haciéndome agonizar.
El éxtasis ante mis ojos.
Y ante el glorioso Sol del cielo y el brillo del infierno
mi espíritu bebió una mezcla
de cantos angelicales y gemidos demoniacos.
Lo que mi alma tiene dentro, solo mi alma puede contarlo.”
Querida Emily:
Tu madre te dejó huérfana cuando tenías tres años, las vidas de dos de tus hermanas fueron cortadas por la guadaña llamada tuberculosis, tu padre era sacerdote anglicano, salvaje el paisaje del Yorkshire en donde habitaste en tu corta vida. Tenías poco menos de treinta años cuando la misma guadaña cortó tus alas, apagó tu imaginación, y no dio tiempo a tu especial talento de madurar completamente. Dejaste una sola novela, Cumbres Borrascosas, obra maestra de la literatura universal y un puñado de poemas. Ningún reconocimiento en vida y una inmortal fama póstuma. No se puede decir, como algunos han dicho, que tu fama póstuma se debe también a tu vida truncada tan precozmente. No se puede disminuir el valor de tu obra de esta manera. Sería como decir que la fama de Pergolesi o de Chopin se debe a sus muertes tempranas.
Ni se puede decir de ti que eras casi naif, salvaje, inculta. A ti que podías leer poetas alemanes y franceses en sus respectivos idiomas. Ni se puede definir “gótica” tu obra. Cumbres Borrascosas no es una obra cumbre de la época victoriana, sino una novela que se opone a la moral victoriana y por esto fue criticada por inmoral y violenta. Cumbres Borrascosas se eleva más allá de las tempestades comunes para erguirse granítica e inquietante como obra clásica en donde se escucha la musicalidad y vuelve el dramatismo de un Esquilo o un Sófocles, en donde encontramos el tono épico de un Milton y ecos del teatro shakesperiano. Obra puente entre el cielo y el infierno, en donde la pasión roza la locura, y en donde el lector atento verá el mensaje llave: quién en su vida no cumple su destino tendrá que cumplirlo en un mundo fantasmal, donde las carencias serán mucho más graves, y más incontrolable el deseo.
Quién cree poderte conocer a través de una de la muchas películas derivadas de tu novela está equivocado y poco o nada entenderá de ti. No se puede traspasar al lenguaje rápido y directo de cine la complejidad de la trama de Cumbres Borrascosas. Imposible. Y por esto las películas son todas más o menos malas. Hay que leer el libro, y leer tus poemas, algunos de los cuales son de la altura de los de uno de tus maestros virtuales, Lord Byron. Y solo así brillará tu grandeza.
Tu grandeza de mujer nacida bajo el signo de Leo, con Mercurio en Leo y la Luna en Cáncer. Luna que ha alimentado tu amor por la poesía sin mitigar tu carácter indómito, rebelde, tu aislamiento de reina que toma distancia de un mundo ruidoso y vulgar, que toma distancia de todo. ”Esfinge de la literatura” te han justamente definido. Fuerte, inflexible e impasible frente a todo, incluso al dolor físico, como cuando te mordió tu perro en una mano y sin pedir ayuda a nadie tu misma cauterizaste con un hierro candente la herida.
Gracias querida Emily, gracias por este arco íris que trazaste entre la tierra y el cielo. Gracias per ser una mujer verdaderamente mística, enamorada de la naturaleza. Gracias por recoger en los bosques animales heridos y curarlos. Gracias por tu Cumbres que golpean, duras y brillantes come espadas de samurai. Gracias por tus poemas, escriños de pasión, de dolor y de esperanza. Gracias por la belleza que has creado con el único fin de crear belleza, por escribir sin ningún deseo de notoriedad y solo por cumplir con tu vocación, con tu destino, para contar tu alma.
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Aquí una traducción del poema How clear she shines. Poema nada “gótico” que nos revela otra facetas de ti y quizás la más hermosa y para nada tempestuosa:
¡Qué claro Ella brilla! Qué inmóvil Yacía yo debajo de su guardián de luz; Mientras el Cielo y la Tierra me susurraban: Despierta mañana, y sueña esta noche. ¡Ven, mi elegante, mi encantador Amor! Estos templos palpitantes besan suavemente; Dobla mi solitario lecho encima, Y dadme reposo, dadme toda la dicha.El mundo huye: ¡oscuro mundo, adiós! Amargo mundo, ocúltate hasta el amanecer, El corazón que no has podido someter Aún ha de resistir, mientras vagas ausente.Tu Amor yo nunca, nunca compartiré. Tu Odio sólo despierta una sonrisa; Tus Lamentos podrán herir, Tus Errores podrán llorar; ¡Pero tus mentiras jamás cautivarán! Mientras observaba a las estrellas brillando En ese mar apacible, sobre mí, Deseé con fe que todas las aflicciones Del universo sepan, y se celebren en ti.Éste será mi sueño nocturno. Pienso que el cielo de esferas gloriosas Recorre su curso luminoso, Cubierto de eternas dichas A través de interminables años. Pienso que no hay otro mundo allí arriba Más lejano que aquel que contemplan estos ojos, Donde la Sabiduría nunca se burló del Amor, Donde la Virtud nunca se sometió a la Infamia. |