Poema del libro LOS MUERTOS NÓMADAS, de ISABEL PÉREZ MONTALBÁN
He tardado treinta años Porque los niños ignoran la muerte. Sin vida me has servido ¿Por qué? ¿Por qué aquella mañana He tardado treinta años de preguntas Soy grande ahora. Tu adulta presencia He querido saber, he preguntado. Te desentierro igual que a un fósil, Madre, ¿acaso sin dientes yo mordí Porque tú desconoces esta herencia No oías nuestros gritos hundiéndose Yo no te quise nunca, ya que tú no existías, Me dejaste viviendo en los márgenes negros ¿O me salvaste tú, sosteniéndome a flote Muchas veces soñé pesadillas de fiebre No te maldigo. Cuento ahora ¿Porqué no me contestas? Y yo no te recuerdo ni al mirar No es verdad que te quiero sobre todo. |